¿Qué es la curva S en gestión de proyectos?
- 1. Fundamentos de la gestión de proyectos
- 2. Metodologías de gestión de proyectos
- 3. Ciclo de vida de un proyecto
- 4. Software de gestión de proyectos
- 5. Consejos para el trabajo en equipo
- 6. Fundamentos de la metodología Agile
- 7. Herramientas y técnicas de gestión de proyectos Agile
- 8. Marcos de gestión de proyectos
- 9. Recursos
- 10. Glosario
- 11. Preguntas frecuentes
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¿Qué es la curva S en gestión de proyectos?
En términos de gestión de proyectos, una curva S es un gráfico matemático que representa datos acumulativos relevantes para un proyecto, como el coste o las horas de trabajo, en relación con el tiempo. La razón por la que se llama curva S es porque la forma del gráfico generalmente forma una «S» amplia y poco pronunciada. (No obstante, la forma depende del tipo de proyecto, por lo que son posibles otras formaciones). En gestión de proyectos, se usa normalmente una curva S para hacer un seguimiento del progreso de un proyecto. En el vertiginoso clima empresarial actual, garantizar que un proyecto no se salga del cronograma y el presupuesto es fundamental para su éxito.
¿Por qué una «S»?
La curva S con frecuencia tiene esta forma porque el crecimiento del proyecto en las etapas iniciales suele ser lento: acaba de arrancar; los miembros del equipo están investigando el sector o simplemente están empezando a participar en la primera fase de ejecución, que puede llevar más tiempo al principio, hasta que se familiaricen con ella o hasta que haya problemas que resolver.
Después, a medida que se avanza más, el crecimiento se acelera rápidamente, creando esa pendiente ascendente que forma la parte media de la «S». Este punto de máximo crecimiento se llama punto de inflexión. Durante este período, los miembros del equipo del proyecto están trabajando intensamente en el proyecto y se incurre en muchos de los principales costes. Tras el punto de inflexión, el crecimiento comienza a estabilizarse, formando la parte superior de la «S», conocida como asíntota superior, y la fase «madura» del proyecto. Esto se debe a que el proyecto está ya casi terminado y a punto de concluir: por lo general, en este punto solo quedan tareas como los toques y aprobaciones finales.
Usos habituales de la curva S en gestión de proyectos
Algunos de los usos más comunes de las curvas S son para medir el progreso, evaluar el rendimiento y realizar previsiones de flujo de efectivo.
Una curva S es útil para supervisar el éxito de un proyecto porque los datos acumulativos reales en tiempo real de varios elementos del proyecto, como el coste, se pueden comparar con los datos proyectados. El grado de alineación entre los dos gráficos revela el progreso, o la falta del mismo, de cualquier elemento que se esté estudiando. Si es necesario hacer correcciones para volver a encauzar el rumbo, la curva S puede ayudar a identificarlas.
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