Si bien es cierto que hay decenas de metodologías de gestión de proyectos para elegir, los fundamentos siguen siendo los mismos. Empieza dividiendo el proyecto en partes manejables, desarrollando un programa o lista de comprobación para asignar trabajo a los miembros de tu equipo y realizando un seguimiento del desarrollo de ese trabajo para supervisar el progreso. Los calendarios y el correo electrónico son grandes herramientas para la programación, pero revelan rápidamente sus limitaciones a medida que los proyectos crecen y la planificación, programación y control del trabajo se complican.
Wrike fue diseñado para ayudarte a gestionar casi cualquier tipo de trabajo básico y es lo suficientemente capaz de abordar proyectos avanzados, gracias a su flexibilidad y opciones de personalización.