La semana laboral media de Estados Unidos es de 41 horas, aunque más del 30 % de los trabajadores de este país trabaja durante 45 horas o más a la semana, en comparación con Alemania (18 %) y Francia (4 %). La cuestión es que muchos estadounidenses creen que esto es un mérito, lo que ha provocado la acuñación de un término nuevo dentro del ámbito de los adictos al trabajo: "mártires del trabajo”. .

Son esas personas que no pueden almorzar sin revisar mientras el correo electrónico y se jactan con el doble propósito de presumir y dar pena de la cantidad de horas que trabajaron anoche o durante el fin de semana. Si todos sabemos de forma intuitiva que es necesario desconectarse de este mundo digitalmente conectado y siempre disponible, ¿por qué tanta gente sigue equiparando las horas trabajadas al incremento de la productividad? ¿Acaso trabajar durante más horas es lo mismo que ser más productivo?
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Todos los indicios apuntan a que no es así. El estudio que intentó calcular la relación entre horas trabajadas y productividad concluyó que la productividad del empleado cae tras aproximadamente una semana laboral de 50 horas, y desciende mucho más después de 55 horas, de forma que alguien que trabaje 70 horas no producirá nada más con esas 15 horas extraordinarias.
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¿Dónde está el punto de equilibrio? ¿Cómo se alcanza ese estado utópico de trabajar mucho y mantener la positividad y la satisfacción?

La productividad es calidad, no cantidad

Para responder estas preguntas, tenemos que empezar analizando el problema general: una cultura que da más importancia a la cantidad que a la calidad. El gráfico que aparece a continuación de la OCDE muestra la relación entre la productividad (PIB por hora trabajada) y horas de trabajo al año:
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La mayoría de los estadounidenses creen que una semana laboral de 37,5 horas es corta y responde a días de baja productividad realizando varias tareas a la vez. De hecho, Estados Unidos está empatado con Francia en el ranking de los empleados más productivos, aunque Francia tiene 30 días de vacaciones pagadas, bajas por paternidad pagadas y está prohibido revisar el correo electrónico fuera del horario laboral. En Estados Unidos, uno de cada cuatro trabajadores activos no tiene acceso a vacaciones pagadas del tipo que sea, y los que sí las tienen, solo disponen de entre 10 y 14 días de media.
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Según Brigid Schulte, autora del libro Desbordados, los estadounidenses prácticamente no tienen tiempo libre y los estudios han demostrado que, cuando lo tienen, a menudo eligen trabajar. Afirma lo siguiente: "Algunos reconocen que trabajan los fines de semana, por las noches y durante las vacaciones porque les produce ansiedad que se les vea como prescindibles en caso de no hacerlo. Algunos trabajan porque temen ver sus bandejas de entrada a rebosar cuando vuelvan. Y otros porque trabajar se ha convertido en un hábito, una seña de identidad, como una segunda piel, y han perdido la capacidad de imaginarse haciendo otra cosa".
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Pero, a pesar de trabajar mucho más que en otros países, la productividad de Estados Unidos alcanzó un mínimo histórico a mediados de 2016. La oficina estadounidense de estadísticas laborales (BLS, por sus siglas en inglés) informó de que la productividad creció una media del 0,4 % al año durante los últimos cinco años: un crecimiento un 82 % inferior a la media de los 60 años anteriores. Resumiendo: trabajamos más horas y seguimos siendo notablemente improductivos. ¿Dónde está el problema?
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Los datos lo dejan bastante claro: trabajar más no es lo mismo que producir más. De hecho, hay estudios que han demostrado que las personas que trabajan continuamente más de 60 horas semanales cometen más errores. El economista de Stanford John Pencavel investigó sobre las personas que trabajan mucho y descubrió lo que él llama el “precipicio de la productividad”: cuanto más trabajemos por encima de las 40 horas semanales, más pronunciado será el declive de la productividad. Nos quemamos, estamos agotados, cometemos más errores y tardamos entre dos y tres veces más tiempo en sacar adelante las tareas. En efecto, más de la mitad de los trabajadores estadounidenses son víctimas del agotamiento. Gallup ha informado de que cerca del 70 % del total de los trabajadores estadounidenses no está comprometido con su trabajo o lo odian directamente.
Así las cosas, ¿cómo podemos ser más productivos y no solo intentar parecerlo trabajando en exceso, con lo que en realidad lo que logramos es disminuir y ralentizar nuestra productividad?

Deja la multitarea

¿Preparado para desmontar mitos? No existe la multitarea; simplemente es cambiar de una tarea a otra sin llegar a acabar ninguna. Es más, la multitarea puede acabar reduciendo la productividad.
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Según Schulte, "el cerebro solo puede prestar atención a los asuntos de uno en uno. Cada vez que cambias de tarea, consumes tu energía, tu voluntad y llegas a sentirte agotado ante la toma de decisiones". Un estudio del King’s College de Londres descubrió que la multitarea lapida nuestra inteligencia, con efectos equiparables a si hubiésemos fumado marihuana, e incluso podemos perder 10 puntos de nuestro cociente intelectual. Así que la próxima vez que presumas de lo bueno que eres en la multitarea, piénsatelo dos veces y prueba a hacer las cosas de una en una.

Recuerda que la positividad precede a la productividad

A Shawn Achor, autor de Before Happiness, cofundador y director general de GoodThink y ponente de TED Talk, se le conoce por defender que en el lugar de trabajo la felicidad lleva al éxito, no al contrario.
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"El cerebro humano, cuando piensa en positivo, tiene una gran ventaja sobre el mismo cerebro que piensa en negativo o tiene pensamientos neutros", afirma Achor, que lucha por explicar a las empresas la ciencia que subyace al estímulo de la productividad mediante la felicidad y la positividad en el lugar de trabajo. "Cuando somos positivos, mostramos un incremento del 31 % de la productividad, un 40 % más de probabilidades de ser ascendidos, un 23 % menos de síntomas relacionados con el estrés, así como un aumento del 37 % de las ventas; y la lista continúa. La mayor ventaja competitiva de la economía moderna es una plantilla positiva y comprometida".
¿Cuáles son las prácticas recomendadas sobre positividad que podemos poner en práctica en nuestro lugar de trabajo? Achor recomienda practicar la gratitud a diario. Por ejemplo, escribir una nota positiva o un correo electrónico para agradecerle algo a alguien mejora la conexión social. "Los investigadores han demostrado que encontrar tres cosas nuevas por las que estar agradecido cada día puede aportar un optimismo notable y mejorar la conexión social", afirma Achor. Además, defiende que tan solo 15 minutos de ejercicio cardiovascular al día o 30 minutos tres veces a la semana equivale a tomar antidepresivos.

Retoma tu ocio

Deja de ver en las vacaciones un síntoma de vagancia o disminución de tus oportunidades de ascender profesionalmente. Los estudios han demostrado que justo lo contrario es verdad: tomarse unas vacaciones puede incrementar tus probabilidades de conseguir un aumento de sueldo o un ascenso. ¿Qué nos lo impide?
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En su libro, Schulte trata la importancia del ocio y cómo necesitamos conservar este "espacio de crecimiento atemporal" en un mundo fragmentado y lleno de interrupciones. Describe este espacio como uno en el que nos quedamos completamente absortos en la tarea en cuestión (algo que realmente nos encanta hacer) y nos sentimos realmente en paz. Durante este tiempo, podemos alcanzar una felicidad óptima, siempre que nada nos interrumpa. Según Schulte, los mayores impedimentos para alcanzar este estado de fluidez son el trabajo, la actitud y la cultura del estar siempre ocupados. En un entorno en el que quienes más trabajan se consideran los más exitosos, en el que se premia la actitud que da prioridad al trabajo y en el que estar ocupado conlleva tener derecho a presumir, es complicado motivarnos para dar prioridad al ocio.
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En un estudio realizado por Shawn Achor y Michelle Gielan del Institute for Applied Positive, se llegó a la conclusión de que el 94 % de las vacaciones provocaba niveles más altos de felicidad y energía, si:
  • se planificaban con un mes de antelación y se notificaban a los compañeros con tiempo;
  • la persona salía de la ciudad;
  • uno conocía a alguien del país que visitaba o disponía de un guía con conocimientos del lugar; y
  • se disponía de la información del viaje antes de salir.
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"Las vacaciones inteligentes provocan más felicidad y aumentan la energía en el trabajo, lo que se traduce en una mayor productividad, inteligencia y capacidad de recuperación", afirma Achor.

El movimiento hacia la felicidad comienza en ti

Ahora que sabes los (no tan) secretos de una buena productividad, podemos arrojar datos y estadísticas sin parar, pero a fin de cuentas, los responsables y los empleados son los que tienen que decidir cambiar la conversación en torno a la felicidad en el lugar de trabajo. ¡Nunca es tarde para aumentar la productividad y la felicidad!
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Escucha la ponencia de Shawn Achor en TED Talk, The Happy Secret to Better Work.