Morderse las uñas. Retorcer mechones de pelo. Decir “em” demasiado. Somos humanos y caemos en la práctica de malos hábitos de vez en cuando.

Algunos son insignificantes e intrascendentes. Pero otros empiezan así y terminan convirtiéndose en patrones peligrosos.

Por muy innovadores que sean los profesionales de marketing, no son inmunes a los malos hábitos (y no solo hablamos del atracón a dónuts de azúcar que se permiten durante cada sesión de brainstorming).

Hay determinados comportamientos en los que es muy fácil caer. No obstante, continuar haciéndolo puede dificultar el crecimiento del equipo y sofocar la transformación del negocio.

¿Eres el culpable de desarrollar rutinas improductivas? No te empieces a morder las uñas todavía. El primer paso es reconocer estos comportamientos negativos para poder cortarlos de raíz y cambiar los procesos.

He aquí cinco malos hábitos en marketing que debes vigilar y algunos consejos para corregirlos.

1. Admitir solicitudes de proyectos ad hoc

Tú y tu equipo de marketing habéis programado los proyectos y las cronologías para el mes que viene y os sentís satisfechos de vuestra capacidad para ir tachando los elementos de la lista.

Pero antes de que os deis cuenta, otros departamentos os mandan un puñado de proyectos inesperados. El equipo de ventas necesita un resumen de producto, el de ingeniería precisa ayuda con el contenido de una presentación y el de recursos humanos quiere un nuevo vídeo de contratación para ayer.

Los planes meticulosamente elaborados y las prioridades se van al garete mientras corréis sin control apagando incendios. Este es uno de los principales malos hábitos en marketing

Por qué es un problema

En pocas palabras, estas solicitudes de proyectos ad hoc de última hora añaden un estrés innecesario y dolores de cabeza durante la jornada laboral.

Como no hay ningún tipo de proceso sistematizado, se malgasta un tiempo valiosísimo en registrar la información y los datos que deberías tener desde el inicio. En nuestro informe de gestión del trabajo, el 52 % de los trabajadores afirmaron que la “ausencia de información” fue la principal causa de estrés en el trabajo.

Asimismo, las tareas y los proyectos que realmente contribuyen a conseguir los objetivos generales (ya sabes, aquellos que habías estado planificando meticulosamente) se van demorando repetidamente para cumplir con las solicitudes inesperadas.

La capacidad de tu equipo para crecer y afrontar trabajo importante se limita, ya que siempre está luchando por seguir el ritmo de las solicitudes impredecibles y desorganizadas.

Cómo solucionarlo

La solución más sencilla es negarte simplemente cuando otros departamentos os manden solicitudes que deriven el rumbo fuera del camino marcado. No obstante, hay que reconocer que no es una solución completamente realista para abordar el problema. En lugar de ello, proponte controlar lo que puedas y poner cierto orden al caos.

Empieza por desarrollar una plantilla resumen que la gente pueda rellenar al solicitar un proyecto a tu equipo. Este resumen debería incluir toda información importante, como de qué trata el proyecto, a quién se dirige, qué debe incluir, así como otra información secundaria. De este modo, te aseguras de tener el contexto que necesitas de antemano, sin malgastar tiempo buscándolo.

Además, tienes que ser honesto con las restricciones de tiempo. Si no es posible entregar a tiempo, déjalo bien claro y explica en qué está trabajando el equipo y por qué tiene prioridad.

Establece una regla para la antelación con la que te deben avisar para completar un proyecto. De este modo, todo el mundo partirá desde el mismo punto y ayudarás a todo el mundo a evitar desagradables sorpresas.

2. Pasar directamente al pensamiento convergente

Tu equipo y tú tenéis que dar con una mejor forma de atraer a posibles clientes, así que organizáis una sesión de intercambio de ideas para sacar algo en claro.

Alguien propone un evento en persona, pero otro miembro del equipo inmediatamente desestima la idea por resultar demasiado cara. Otra persona propone un ebook gratuito, pero se rechaza porque no tienes margen para ello en este preciso momento.

¿Te suena de algo? Muchos equipos de marketing cometen el error de saltarse el proceso de pensamiento divergente por completo y, en lugar de ello, pasan directamente al pensamiento convergente.

¿Cuál es la diferencia entre ambos? El pensamiento divergente es el proceso de concebir nuevas ideas, sin limitaciones ni restricciones. El convergente es el proceso de evaluación de dichas ideas para encontrar la mejor solución. Básicamente, el pensamiento divergente se basa en una gran dosis de creatividad e innovación, mientras que el pensamiento convergente implica más análisis y planificación.

Por qué es un problema

Nadie quiere estar sugiriendo ideas constantemente sin llegar a identificar elementos de acción para ponerse en marcha. Sin embargo, descuidar el proceso de pensamiento divergente por completo limita la capacidad del equipo para ser creativo y hallar una solución que os ayude a conseguir mejor los objetivos.

Caes en uno de los más típicos malos hábitos en marketing, el de basarte en las tácticas una y otra vez, no porque sean las más eficaces, sino porque te resultan cómodas.

Cuando preguntamos a los directivos qué habilidad valoraban más en su equipo, afirmaron que la creatividad. No obstante, esa no es una prioridad para los empleados. En lugar de ello, según el estudio State of Create de Adobe, los empleados afirman que sienten cada vez más presión para ser productivos en lugar de creativos.

No sofoques la capacidad del equipo para innovar. Deja tiempo suficiente para las ideas más ambiciosas antes de ceñirte a una de ellas solamente.

Cómo solucionarlo

Una de las mejores cosas que puedes hacer es dejar tiempo suficiente para ambos tipos de pensamiento.

Por ejemplo, cuando inicies una sesión de intercambio de ideas, deja bien claro que los primeros 20 minutos están reservados para las ideas más genuinas sin restricciones. Ninguna propuesta se considerará demasiado ambiciosa o loca.

Si alguien pone objeciones a una idea, recuérdale que la segunda mitad de la sesión se dedicará a analizar la logística de las diferentes propuestas.

Al dejar tiempo y espacio para que los empleados se sientan seguros al pronunciar las ideas menos realistas, fomentarás la creatividad y la innovación en el equipo, sin tener que eliminar los cuidados procesos de planificación que ya conoces y te encantan.

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3. Operar independientemente de otros equipos

Tu equipo de marketing trabaja incesantemente en una landing page donde la gente pueda confirmar su asistencia para un evento próximo que organiza tu departamento de ventas.

El equipo de diseño ha creado varias ilustraciones divertidas y extravagantes para darle algo de vida. Pero ¿qué pasa cuando las colocas con el contenido? Parece evidente que el equipo de contenido ha pensado que el mensaje de este evento debería ser más formal y corporativo.

Por lo que ahora se necesita una serie de cambios para transformar la landing page de algo incoherente a otra cosa mucho más unificada.

Esto ocurre con más frecuencia de lo que debería. Los diferentes grupos del departamento de marketing se centran tanto en sus propios planteamientos y listas de tareas pendientes que no pueden el ver el bosque porque solo ven los árboles. Las estrategias y las instrucciones importantes se cuelan por las grietas del sistema.

Por qué es un problema

En primer lugar, haces mucho más trabajo tú mismo. Acabas haciendo los proyectos dos veces, en lugar de hacerlos bien a la primera.

Ese puede ser el motivo por el que el 86 % de los empleados y ejecutivos citan la falta de colaboración o la comunicación ineficaz como el motivo principal de los fallos en el lugar de trabajo.

Además, cuando estos equipos diferentes se aíslan y pierden de vista en qué trabajan los demás, es complicado crear campañas de marketing que estén realmente integradas. Mientras que el 89 % de los agentes de marketing piensan que sus estrategias y campañas están integradas, solo el 58 % de los consumidores están de acuerdo con esta afirmación.

Cómo solucionarlo

Quieres dar a los diferentes equipos acceso y visibilidad del trabajo de los demás, pero no quieres invertir mucho tiempo o trabajo manual en ello.

Aquí es donde resulta muy útil contar con una plataforma colaborativa de gestión del trabajo (como Wrike). Todo el mundo disfruta de una panorámica general de la comunicación y de la información más importante, así como del progreso de las tareas. Incluso pueden analizar a fondo los datos más específicos cuando haga falta.

Con Calendarios de Wrike, no solo ves las fechas de las tareas o los proyectos, sino que también puedes visualizar el contexto y la información necesaria. Todo el equipo puede disponer fácilmente de la misma información, lo que acaba con el trabajo extra que se produce cuando los cables se cruzan.

4. Desarrollar una comunicación inútil y desorganizada

Tienes una actualización del proyecto que compartir. Para transmitir el mensaje a las personas pertinentes, te ves respondiendo a cuatro hilos de correo diferentes. Te frustras por la cantidad de tiempo que eso lleva.

Por si eso fuera poco, el equipo también tiene que asistir a interminables reuniones que parecen indefinidas e improductivas.

Básicamente, la comunicación está dispersa y no solo os hace malgastar el tiempo, sino que, además, dificulta llevar todo bajo control. Por no hablar de encontrar la información necesaria cuando la necesitas.

Por qué es un problema

Los efectos negativos de una comunicación deficiente tienen un alcance bastante amplio.

Según un estudio reciente sobre estrés y productividad realizado por Wrike, una comunicación deficiente es la principal causa de estrés.

Como ya hemos dicho, una comunicación ineficaz provoca una pérdida de tiempo, tanto debido a reuniones improductivas (los ejecutivos creen que más del 67 % de las reuniones son inútiles) como por tener que compartir el mismo mensaje en varios lugares diferentes.

Todo ello se traduce en pérdidas económicas. Una encuesta indica que las empresas con más de 100 empleados pierden una media de 420 000 $ al año debido a llevar a cabo una comunicación ineficaz.

Cómo solucionarlo

Resumiendo: tienes que centralizar la comunicación de forma que toda la información y las conversaciones importantes se guarden en un solo lugar.

Este es otro ámbito donde una plataforma de colaboración puede facilitar el trabajo. Hace que las discusiones, los cambios y las actualizaciones sean fáciles de controlar y localizar sin tener que desplazarte por interminables hilos de correo electrónico.

La mayoría de las plataformas también se integran con elementos como Gmail y Slack, para que los mensajes más importantes que se producen en esas otras herramientas no se pierdan en el trasiego.

5. Tomar el camino más largo

El equipo programa y realiza varios webinars durante el año y siempre se empieza desde cero. Nuevos esquemas. Nuevas presentaciones de diapositivas. Landing pages y anuncios nuevos.

Tú y los miembros del equipo queréis disponer de tiempo para hincarle el diente al trabajo creativo, pero os sentís sobrecargados por las tareas administrativas y rutinarias, es decir, el trabajo repetitivo. De hecho, sentís que dedicáis más tiempo a la planificación y a la preparación de un proyecto que a trabajar en el proyecto en sí.

Por qué es un problema

Cuando se trata de tiempo perdido, es fácil culpar a las redes sociales, las compras online o las llamadas telefónicas personales como los motivos por los que los empleados no alcanzan sus niveles más altos de productividad.

Sin embargo, es importante que te mires al espejo y determines si estás cayendo en uno de los malos hábitos en marketing en el que tus propias estrategias o procesos están entorpeciendo el trabajo de los empleados. ¿Se malgasta el tiempo en tareas que se podrían consolidar, agilizar o eliminar por completo?

Más del 40 % de los trabajadores afirman que dedican al menos un cuarto de la semana a realizar tareas repetitivas. Un tiempo que el equipo podría dedicar a los proyectos que de verdad tienen repercusión y producen resultados.

Cómo solucionarlo

Empieza por conectar con el equipo para saber qué piensa sobre las tareas que completan una y otra vez. Una vez hecho lo anterior, puedes probar cosas como las siguientes:

  • Automatizar tareas que se pueden configurar fácilmente para realizarse solas
  • Usar plantillas para proyectos y asignaciones que pueden beneficiarse de un punto de inicio estandarizado

Perdónanos por mencionar las ventajas de una plataforma de gestión del trabajo una vez más (¡no lo podemos evitar!). Pero disponer de algo así implica que tienes flujos de trabajo y tareas que se pueden copiar fácilmente, de forma que las estructuras y las dependencias necesarias ya estén ahí.

Los malos hábitos en marketing no son tan inofensivos

Todos desarrollamos malos hábitos. Aunque podemos deshacernos de algunos de ellos, no todo funciona igual en muchas de las rutinas de marketing. Estos habituales comportamientos que acabamos de describir pueden aumentar rápidamente cual bola de nieve y ocasionar daños al equipo.

Lo bueno es que, mientras reconozcas estos hábitos, podrás solucionarlos. Usa las estrategias que hemos compartido y transformarás a tu agotado y frustrado equipo de marketing en un grupo centrado y eficaz.

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